Más que hacer honor a los tapetes, el Sexto Informe del Gobernador del Estado de México, convirtió a su protagonista, Alfredo del Mazo Maza, en una alfombra con bordados de alabanza, condescendencia y un pedido de inmunidad al futuro en aras del ogro faraónico, Andrés Manuel López Obrador.

Realizado en Palacio de Gobierno de la capital mexiquense, Alfredo III no esperó ni siquiera a enumerar sus supuestos logros, se lanzó directo a reconocer la presencia del tabasqueño en Toluca: mientras que para Morena es marcar el territorio, para Del Mazo Tercero fue un honor al que le restan 10 días.

Porque si hay algo más importante que su gestión es reconocer a quien ni siquiera es Gobernadora aún: Delfina Gómez Álvarez, la texcocana acusada de retener el 10 por ciento a sus trabajadores y “perder” 630 millones en su gestión en la Secretaría de Educación Pública.

Para Del Mazo, lejos quedó aquel debate de 2017 cuando calificó a Gómez Álvarez como una mujer ni preparada para gobernar el Estado de México, pues se “requiere preparación” para atender los retos de los mexiquenses.

Hoy, quizá porque nadie sabe quién está peor preparado, todo son coincidencias… y que mejor que sean la del señor Presidente quien comenzó, en su conferencia matutina, las alabanzas al nieto de Del Mazo, al hijo de Del Mazo.

El nieto, entre líneas expresadas por el Presidente de México, es alineado porque no critica al Gobierno Federal, es dócil porque sabe su lugar y hasta le abrió la puerta de la Cuarta Transformación al decir que no sabe que decida Del Mazo más adelante, pero con ellos “tiene muy buena relación”. Nosotros y ellos.

Del Mazo sabe que “amor con amor se paga”:

“Coincidimos en la importancia de mantener un desarrollo con equidad y en la necesidad de seguir impulsando programas que respondan a las convicciones de justicia social que identifican a la administración entrante con la saliente, y a ambas con el proyecto del Presidente de la República”, dijo… nada más, nada menos.

¿Y por qué el Príncipe Claudicante?

Las palabras son de Juan Carlos Villareal Martínez, director del Centro de Planeación Estratégica y Prospectiva Política (Ceplan) y quien coordinó el libro “Crónica de una Derrota Anunciada”.

“Si uno contrasta a los últimos seis gobernadores del Estado de México, claramente tenían una vocación por el poder; este (Alfredo del Mazo) ha sido un Príncipe Claudicante: quien tiene vocación de poder hace lo necesario para mantenerlo, quien la tiene, construye las alianzas necesarias para ello.

“En el caso que nos ocupa, en el primer tercio de su sexenio nunca hubo una sola reunión del gobernador con sus 125 presidentes municipales juntos, se reunió por separado; se reunió con la legislatura, los de su bancada, un par de veces en el sexenio públicamente. Nunca dio una conferencia de prensa abierta en seis años” detalló Villareal Martínez.

Agregó que hay un contraste evidente entre Del Mazo y López Obrador.

“Por un lado un personaje como Andrés Manuel, grandilocuente, actividad permanente en medios y liderazgo; contra alguien que ‘nadó de muertito’. Hay un contraste muy claro”, expresó.

Irónicamente, Del Mazo convirtió al Estado de México del último bastión priista al primer bastión morenista para defender la elección del 2024 ante el fenómeno de Xóchitl Gálvez.

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