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Acabado y con mejores instalaciones que el Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles” (AIFA), la terminal aérea de Toluca (AIT) se encuentra abandonada, sin vuelos comerciales y con una capacidad perdida de transportar 8.5 millones de pasajeros al año. Puede despresurizar al de la CDMX en 25 %.
Las cartas de navegación Jeppesen del AIFA, publicadas en diciembre de 2021, revelaron un obstáculo de 190 metros de altura en la aproximación a las pistas 22L y 22C. Ello deja a los pilotos un margen de operación de 125 metros a la terminal que fue inaugurada sin accesos, vendedores ambulantes y contratos irregulares.
El AIFA será inaugurado y ya tiene baja calificación pues el Gobierno de México no ha resuelto la degradación a Categoría 2 desde mayo de 2021 en materia de aviación. Ello limita sus operaciones internacionales y significa que México no cumple con estándares mínimos de seguridad para las operaciones aéreas.
En Venezuela y México, los militares están por los cielos: Conviasa, aerolínea venezolana que aterrizará en la nueva terminal aérea y el propio Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles” son dirigidos la milicia con resultados cuestionables.
Importadas de Argentina, donde dejan 10 muertos al año en promedio, las barras de futbol fueron traídas a México en 1996 por el Pachuca. Comenzó así el lucro: viajes gratis, reventa de boletos, contratos sucios y, en México, un fenómeno aderezado con violencia, alcohol, drogas y el crimen organizado. El orgullo podrido del deporte.
Los desplazamientos por la violencia en México han aumentado 418.29 % en la administración de Andrés López Obrador al pasar de 8 mil 664 en 2019 a 44 mil 905 personas en 2021. Esta cifra, en la gestión del tabasqueño supera en 103.1 por ciento a la más alta de Enrique Peña Nieto en 2016.
El fusilamiento de 17 personas, minas antipersonas y motos acuáticas para ejecuciones en la Rivera Maya son rostros de 114 mil 010 homicidios dolosos en los primeros 38 meses del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, 65 % más que los últimos cinco sexenios.
Creados un mes antes de que Andrés Manuel López Obrador tomara protesta como Presidente, la empresa propiedad de sus hijos, “Chocolates Rocío” superó crisis económica y pandemia: llegaron a restaurantes gourmet, abrieron sucursal en Nueva York y Grupo Vidanta, supervisor del Tren Maya, los vende en sus hoteles.
Los hijos del Presidente de México, José Ramón, “Andy” y Gonzalo, han sido relacionados con puestos injustificados, negocios turbios con Morena, una casa en Houston y una fábrica de chocolates beneficiada por “Sembrando Vida” cuyo producto es vendido por Grupo Vidanta, relacionada con el empleador del primogénito.
Al dar a conocer la empresa en la que presuntamente trabaja desde 2020, José Ramón López Beltrán, hijo del Presidente de México, escribió un documento en Word cuya licencia es propiedad de Zytech Group que el Gobierno Federal le ha condonado impuestos.