Cuando el “Granma” comenzó a navegar el 25 de noviembre de 1956 por las aguas del Río Tuxpan, Veracruz; los 82 revolucionarios que viajaban en la embarcación no imaginaron que su revolución se transformaría en un tufo romántico e intelectual.

El barco, en el que viajaban los revolucionarios Fidel y Raúl Castro, Ernesto Guevara y Camilo Cienfuegos, entre otros; llegó a las costas orientales de Cuba el 2 de diciembre de 1956 y comenzó la primera revolución comunista en el continente americano que culminó en 1959.

La insurgencia derrotó al dictador Fulgencio Batista quien llevaba 19 años en el poder… solo para instaurar una nueva, liderada por Fidel Castro de 50 años que solo terminaría con su muerte. Comenzarían 10 años de gobierno de su hermano Raúl.

Durante 60 años, el Gobierno de Cuba tuvo algunos aciertos: un sistema de salud fortalecido y un sistema educativo público gratuito y universal. Los desaciertos son más: desde la caída de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) los ciudadanos cubanos han enfrentado una segregación que privilegia a la clase gobernante y los extranjeros que pagan en dólares.

Pobreza, hambruna, presos políticos, crisis económica permanente, ausencia de libertad de expresión y un cuestionado embargo de Estados Unidos que no se ha terminado, ha causado que Cuba sea una isla, literal y metafóricamente, en el mundo moderno.

El tufo romántico e intelectual de la Revolución Cubana se fundió con promesas de un futuro que no llegó.  Las largas barbas, los cabellos hirsutos abundantes y el uniforme verde olivo son símbolos de otra época, ya no caben en los tiempos actuales.

A los hermanos Castro, les sucedió Miguel Díaz-Canel, quien funge como el presidente más anticlimático en casi un siglo. A él le toca enfrentar por primera vez protestas masivas de los cubanos.

Los ciudadanos de la isla transformaron su protesta en horas: de exigir freno a los apagones de la ciudad y aumentar la vacunación contra el covid-19, a la exigencia de cambios políticos en el régimen.

¿La respuesta de Díaz-Canel? La de los populistas: culpar a otros de las protestas, en este caso Estados Unidos, los disturbios son parte de intereses de otros grupos y, en el caso de Cuba, que la revolución cubana sigue.

Tristemente, en México, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, secundó el dicho de los populistas: aseguró que hay intervencionismo y campaña mediática contra el Gobierno de Cuba.

“Eso debe quedar de lado, nada de politización, de campañas mediáticas, que ya se están dando a nivel mundial. Ha habido un despliegue informativo inusual. Desde luego promovido por quienes no están de acuerdo con las políticas del gobierno de Cuba”, explicó el mandatario este lunes.

Yeidckol Polevsky, morenista, lanzó la anacrónica proclama desde Twitter: “Ni un paso atrás, con la Revolución Cubana ‘Hasta la Victoria Siempre'”, escribió desde el fanatismo que ofrece la comodidad de no vivir en el sistema socialista.

En la década de los 60, Fidel Castro acuño la frase “Patria o Muerte”, los artistas cubanos Yotuel Romero y Descemer Bueno, el dúo Gente de Zona y los raperos Maykel Osorbo y “El Funky” hicieron algo muy sencillo: cambiar el lema por “Patria o Vida”. La frase se ha vuelto himno en medio de las protestas y la canción enfureció al régimen.

“¡Se acabó, tú 59 (1959), yo doble dos (2020)”, dice la letra.

Los símbolos anacrónicos permean en quienes buscan una utopía antes que la imperfección de la realidad. Es más fácil creer que pensar.

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