En Venezuela le llaman “bombonas”, los mexicanos les llamamos “cilindros” de gas.

El 27 de noviembre de 2007 fue creada “PDVSA Gas Comunal”, que dependía de la paraestatal Petróleos de Venezuela.  La nueva empresa del estado se encargaría de garantizar al pueblo venezolano el suministro de gas licuado (LP): transporte, almacenamiento, envasado y distribución del hidrocarburo.

La idea de Hugo Chávez era simple: regalar el gas a aquellos que no lo tenían. Fue un fracaso.

La infraestructura estatal no era suficiente para producir las “bombonas”… un detalle curioso: era tal la escasez de ellas que robaron  la casa del cantante de salsa Oscar D´León para llevarse algunas. El déficit llegó a 12 millones de ellas y las que habían regalado comenzaron a deteriorarse.

Inició así un contrabando de ellas con Colombia, llegaron a Mercado Libre, ante la escasez. Luego, llegaron los problemas de distribución: el 50 por ciento de la flota era inoperativa por falta de refacciones, baterías y deterioro en los frenos.

En 2014, el presidente de Gas Comunal, Gustavo Ramos, admitió que existían problemas de distribución y especulación de gas en algunas partes del país como resultado de la “guerra económica”.

El caos llegó: protestas de la ciudanía que no tenía gas, el gobierno de Nicolás Maduro dejó la responsabilidad a los Estados, el precio subió un 230 por ciento, el mercado negro se fortaleció, la producción cayó, se descubrieron casos de corrupción… y se regresó a la leña para sustituirlo en algunos hogares.

Para el 25 de septiembre de 2020, ya con Nicolás Maduro, la paraestatal logra el 100 por ciento de la distribución del gas… pero el 75.6 por ciento de la población no tiene acceso a él. Una ironía, pues la riqueza de Venezuela en hidrocarburos es alta.

Ese mismo año la Ley Orgánica de Hidrocarburos Gaseosos abrió las puertas a la empresa privada que había limitado desde 2007. Tácitamente, el Gobierno de Venezuela reconoció que el Estado no lo puede controlar todo.

En 2007, cuando inició todo,  había 38 empresas privadas que brindaban ese servicio… actualmente quedan 3.

México quiere seguir los pasos de Venezuela.

Con el argumento de que deben bajar los precios del gas, Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México, anunció la creación de una paraestatal llamada “Gas Bienestar” que dependerá, como el gobierno de Hugo Chávez, de la empresa de hidrocarburos por excelencia de México: Petróleos Mexicanos (Pemex), cuyas pérdidas superan sus ganancias desde hace años.

“Gas Bienestar” comenzará en Ciudad de México y posteriormente en Tabasco, venderá cilindros de 20 y 30 kilos. El tabasqueño aseguró que el precio “será justo” y “con precios bajos”. Iniciará, supuestamente, en octubre de 2021.

Jana Palacios expuso que la Comisión Federal de Competencia Económica, que preside, ha hecho llegar propuestas para mejorar la competencia del gas LP que no han sido escuchadas desde el sexenio anterior.

La crítica de los empresarios va en el sentido de que, con “Gas Bienestar”, se ampliará el monopolio del gobierno federal como lo ha hecho con Pemex, la Comisión Federal de Electricidad, los Bancos del Bienestar y la distribución fallida de medicinas mediante el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi).

El Estado debe fungir como un facilitador y regulador de la iniciativa privada; es imposible que el Gobierno tenga la capacidad de sustituir a la libre empresa. Libertad de mercado con un Estado intervenga solo lo necesario.

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