El Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha colocado el aumento en las remesas como un logro sumado a su administración ante la crisis económica por la pandemia por el covid-19. El logro le pertenece a otros mexicanos.

Una remesa es la transferencia de dinero de un lugar a otro; de manera común, se le llama así a las transferencias internacionales de dinero que son enviadas por trabajadores extranjeros a su país de origen; en este caso, de mexicanos en Estados Unidos a sus poblados de origen.

Según el Banco de México (Banxico), a septiembre del 2020, las remesas sumaron 3 mil 568 millones de dólares, lo que significó un crecimiento anual, con respecto al año anterior, de 15.1 por ciento. Ha sido el mayor aumento en cuatro años para un mismo mes y el tercer más alto en 2020. Banxico explica que las resiliencia en las remesas se debe al dinamismo de envíos de los estados California y Texas y el apoyo por el desempleo que se le dio a los mexicanos en Estados Unidos.

La primera vez que López Obrador colocó a las remesas al lado de logros gubernamentales, fue el pasado 1 de septiembre, cuando dio el mensaje de su Segundo Informe de Gobierno.

“Con el aumento de las remesas que envían nuestros paisanos desde Estados Unidos a sus familiares, con los programas de bienestar y los créditos que estamos otorgando a los de abajo, la pandemia no ha desembocado en hambruna”, dijo en esa ocasión.

Posteriormente, el 19 de octubre, López Obrador, aseguró que las remesas son el principal ingreso de México.

“Serán 40 mil millones de dólares que llegan a 10 millones de familias mexicanas que reciben en promedio 350 dólares mensuales, esas remesas son una bendición por eso voy a Dodgers, voy a México”, dijo mientras jugaba beisból en esa ocasión.

La última vez que mencionó a las remesas fue en su segunda intervención de López Obrador en la Cumbre Virtual de Líderes del G20, el pasado 22 de noviembre, en dónde las calificó como un “milagro”.

Es un hecho: México ha recibido millones de dólares que han ayudado a muchas familias.  Sin embargo, el dinero es enviado por mexicanos que no encontraron oportunidad de trabajar en su país y migraron a Estados Unidos. López Obrador presume que en México no hubo espacios para los mexicanos y que buscaron mejores condiciones de vida en otro lugar.

En México es complicado conseguir trabajo y las cifras lo demuestran. Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, en julio de 2020, el 78 por ciento de los detenidos en la frontera eran mexicanos; ese mes se reportó un aumento del 137 por ciento en las detenciones de migrantes.

La pandemia ha lanzado más mexicanos, al igual que centroamericamos, a intentar trabajar en el país del norte. Con suerte, si consiguen trabajo y envían dinero a México serán considerados un “milagro” por el gobierno actual.

Las remesas ofrecen más detalles. El dinero procedente de Estados Unidos se gasta, principalmente, en necesidades básicas de las familias: no es inversión extranjera. Es un indicador de que hay dependencia de empleos que están en otro país, que no se pudieron generar en México.

El diagnóstico, y reconocimiento tácito, de las remesas lo dio, irónicamente, López Obrador en un tuit del pasado 3 de marzo de 2016.

“Está tan mal la economía que muchas regiones del país solo viven el dinero que envían los migrantes a sus familiares. Benditas remesas”, escribió antes de ser Presidente de México. Benditas realidades.

 

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