A través de sus ojos, el mundo se despliega ante ella de una manera peculiar debido al velo. Es una especie de filtro que inevitablemente matiza los colores del entorno. Los tonos del paisaje urbano se vuelven más cálidos y difuminados.

Todo es traslúcido y las personas se vuelven siluetas en segundos, solo alcanza a percibir sus movimientos y gestos a través de la barrera de tela. La visión está permanentemente atenuada y, ante ello, no hay serenidad por los peligros del entorno.

Quizá es difícil de creer, pero hace muchos años las mujeres iraníes podían vestir con minifalda, mostrar los brazos con su vestido favorito, estar a la moda y peinarse a su gusto. Sus colores fueron apagados por la oscuridad del burka y, lo más grave, la intolerancia del fanatismo.

Entre 1925 y 1979, durante el gobierno de la Dinastía Pahlavi en ese país, se impulsaron reformas que impulsaron los derechos de las mujeres: tenían derecho a votar, a divorciarse, estaban en todos los campos profesionales.

Incluso en 1936, el Sha Reza Sha, prohibió la portación de velos religiosos; una medida cuestionable, pues se hizo por la fuerza y por la obligación, la libertad jamás justifica la tiranía aún en aras de ella. El hijo del Sha fue más flexible y durante 20 años, de los Cincuenta a los Setenta, era posible ver en las calles mujeres en minifalda en las calles conviviendo con quienes portaban los velos.

La monarquía Pahlavi fue derrocada en 1979 y los derechos de las mujeres fueron restringidos, la República Islámica obligo de nuevo a ellas a portar el hiyab, un velo que cubre la cabeza y el pecho de las musulmanas. La marca cultural del poder que llegaba… Y era el principio de lo peor.

Las nuevas leyes eliminaron a las mujeres de la profesión jurídica y la vida pública. Las inconformidades comenzaron a surgir en todos lados y fue hasta 2009 cuando una mujer volvió a ser el rostro político del Movimiento Verde, Neda Agha-Soltan, cuyo asesinato fue grabado. Irán estalló en protestas que llegan hasta nuestros días que ha dejado cientos de muertos y detenidos.

La canción “María También”, del disco Con Todo el Mundo, permitió al trío texano Khruangbin, contar parte de la historia de las mujeres iraníes antes de la revolución de 1979. Lo hace a través del video cuyo objetivo es que las mujeres sigan siendo el tema de atención.

La video oficial muestra a mujeres iraníes que componen una red de artistas, cantantes, bailarinas y compositoras que han sido exiliadas o silenciadas desde 1979.

El vídeo comienza con el sonido de presentadores de noticias que describen a Persia “ascendiendo en el mundo”, Teherán “inclinándose más hacia Occidente que hacia Oriente” y minifaldas que aportan “una nueva libertad de expresión”.

Se montan juntos clips de artistas, cantantes y bailarinas exiliadas o silenciadas desde la revolución; luego, con solo presionar un botón por parte de un hombre en una sala de control, los artistas desaparecen, dejando un escenario vacío.

Hay mujeres que ya no están para leer esto o escuchar la canción del trío formado por Laura Lee en el bajo, Mark Speer en la guitarra y Donald Ray “DJ” Johnson Jr. en la batería.​ La banda es conocida por combinar influencias musicales globales, soul clásico, dub y psicodelia.

Hoy, bajo el lema “Jin, Jiyan, Azadî” (Mujeres, vida, libertad), las mujeres en Irán arriesgan todo para ser libres. En el fondo ellas saben, sabemos que la resistencia es más grande, que los muros del miedo siempre pueden derribarse.

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