El Gobierno Federal construye el Tren Maya, proyecto emblema de Andrés Manuel López Obrador, sobre terrenos porosos y cuevas subterráneas que han dejado, desde 2015, hundimientos en carreteras y grietas en terrenos incluso sin construir.

En agosto del 2015, sobre la Carretera Federal 307, en el kilómetro 307+700, frente al Hotel Iberostar, se registró un hundimiento de 12 metros de ancho por 2.5 de profundidad que fue provocado por la fractura de un cenote. La vía une Cancún, Puerto Morelos, Plata del Carmen y Tulum… por donde pasará el Tramo 5 del tren.

Posteriormente, en junio de 2020, a la altura de Xpu Há, en el kilómetro 265+500, en la carretera Reforma Agraria-Puerto Juárez, se formó un socavón que resultó ser una cueva subterránea con aguas cristalinas. Es llamada “Me Lleva el Tren” porque pasaría por ella la polémica obra.

El colapso se originó por el paso de maquinaria pesada que hizo trabajos de re encarpetado tres meses antes y desestabilizó las bóvedas. En su interior se encontraron fósiles de caracoles y se encontraron dos especies vivas: camarones y cochinillas ciegas.

En febrero de 2021, fueron cerrados los carriles de la Carretera Federal 307, en el kilómetro 314, debido a la aparición de fracturas y hundimientos. El problema comenzó con algunas grietas en el asfalto y culminó con un hundimiento mayor.

“Uno de los rasgos distintivos del norte de la Península de Yucatán es su topografía casi plana, sin valles ni montañas y con altitudes que apenas rebasan los 30 metros. El tipo suelo se compone principalmente de roca caliza, o sascab (tierra blanca), la cual contiene carbonatos de calcio y magnesio que son ligeramente solubles en agua.

“En este tipo de suelos, es común que sucedan procesos de disolución de la roca caliza, creando huecos y conductos que van creciendo con el paso del tiempo hasta formar extensas galerías subterráneas e intrincados sistemas de cuevas”, explicó Emiliano Monroy-Ríos, hidrogeólogo de la Northwestern University Technological

En su artículo “Por las Rutas del Tren Maya” explica que este suelo, llamado cárstico se mantiene con esos procesos de disolución.

“Los sistemas de cuevas y cenotes están sujetas a destrucción mecánica por explosivos o maquinaria, como sucede en muchos sitios habilitados para “rafting” en ríos subterráneos, lo que aumenta el impacto de contaminantes infiltrados hacia capas cada vez más profundas.

“(…) El Tren Maya, en caso de concretarse, deberá sortear de forma segura los retos técnicos de pasar sobre las cuevas subacuáticas más grandes del planeta, como los sistemas Sac Aktun y Ox Bel Ha. Como éstos, existen decenas de sistemas a lo largo de la costa oriental del estado de Quintana Roo”, indicó.

Las obras del Tren Maya en Tulum ya se toparon el suelo de la zona: este martes, en el trazo, fueron encontradas cuevas que ya son analizadas por el Instituto Nacional de Antropología e Historia pues pueden existir ríos subterráneos y cenotes con restos arqueológicos.

Fuentes: El Economista, La Verdad, Reforma, El Universal, Northwestern University Technological Institute.

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