¿Qué llevó a Donald Trump a ser Presidente de Estados Unidos?

El voto de una gran cantidad de estadounidenses que se veían identificados con el discurso de los privilegios de los blancos, un extremo nacionalismo atizado con racismo y la promesa de impulsar de nuevo el llamado “Rust Belt”, el cinturón industrial del medio oeste. El regreso al pasado.

Las acusaciones de corruptos, delicuentes y violadores que lanzó a los mexicanos en su campaña continuaron con el hombre de 1.91 metros de altura ya siendo mandatario: política de cero tolerancia y separación familiar en la frontera mexicana.

Durante su gestión, Trump fue acusado de tener conflicto de intereses con sus empresas, fue comprobado que muchas de sus declaraciones fueron falsas, fue acusado de abuso sexual por al menos 15 mujeres, lanzó expresiones racistas contra minorías étnicas y tuvo un manejo pésimo de la pandemia por el covid-19.

Con todo ello, los “trumpers”, se identificaron con una personalidad narcista, megalómana, tendiente a la manipulación, racista, autoritario, misógino, arrogante, intolerante y extravertido.

La semilla sembrada por Trump en la sociedad estadounidense dio resultado: por lo menos, hasta la tarde de este lunes, 71 millones 114 mil 533 personas habían votado por él y 75 millones 699 mil 639 millones por Joe Biden, quien se perfila para ser el Presidente 46 de Estados Unidos.

Ante el fracaso, la rabieta. El empresario acusa de fraude, asegura haber ganado las elecciones y plantea un recuento de votos y acciones legales para mantenerse cuatro años más. La última palabra de la elección del país del norte no se ha dicho.

Es posible que Trump deje el 20 de enero la Casa Blanca, pero el “trumpismo” se queda. El culto a su personalidad seguirá germinando en muchos ciudadanos, dividir a la sociedad le dio resultados pero las consecuencias trascenderán al peculiar personaje.

La actitud de Trump recuerda mucho a la que México ha visto en su actual Presidente, Andrés Manuel López Obrador: un hombre cuyo fanatismo más fuerte es a sí mismo y ha sembrado división entre los mexicanos. Cada día, ante cualquier micrófono, López Obrador divide.

Empeñados en lograr un papel en la historia… es posible que lo logren pero no como aquellos hombres cuyas gestas serán recordadas en años, sino por lo caricaturesco de sus personalidades.

López Obrador se ha negado a reconocer el triunfo de Joe Biden pues argumenta que es respetuoso de la vida política de otros países. Sería cierto si no hubiera felicitado al argentino Alberto Fernández y a los bolivianos Evo Morales y Luis Arce. El problema ha sido su congruencia y la diplomacia internacional apremia ante futuras relaciones.

En cada periodo de la historia, hay hombres cuyo único papel es no comprender el mundo… y mostrar que la semilla de su intolerancia germina más rápido que su ignorancia.

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