Con frases en redes sociales como “cuando había covid”, los mexicanos enfrentan, más que nunca, la sensación de falsa seguridad ante el virus que ha dejado en el mundo 121 millones de contagiados y 2 millones 679 mil 063 muertos.

Dos continentes en dos escenarios distintos: apenas el pasado 12 de marzo, el primer ministro italiano, Mario Dragui, anunció que 20 regiones de Italia entrarían a nuevas restricciones ante un rebrote del coronavirus. Las medidas aplican del 15 de marzo al 6 de abril, es decir, trascienden la Semana Santa.

Italia se sumó así a las medidas de Alemania, España y el Reino Unido que retomaron sus restricciones. Francia, Bélgica y Luxemburgo mantienen toque de queda. Europa se mantiene en confinamiento permanente aún y no le importan las vacaciones.

En la conferencia matutina de ese 12 de marzo, Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México, reconoció, sin tomar medidas extras, que todavía hay contagios y llamó a la ciudadanía a no confiarse. Acto seguido anunció la llegada de más vacunas.

México actualmente ha aplicado 3.51 vacunas por cada 100 personas. A pesar de las promesas de millones de dosis, el país tiene una baja inoculación y, por ende, se mantiene el riesgo de una tercera ola de contagios. El uso político de las dosis ha sido evidente.

La vacuna, en sus bajas cifras, ha ocasionado una falsa sensación de seguridad ante la ciudadanía que imagina que la pandemia desaparece. Es falso: apenas este miércoles la Secretaría de Salud reportó 789 muertes más con lo que suman 195 mil 908, es decir 38 personas murieron cada hora. México registra ya 2 millones 175 mil 462 casos confirmados.

Las números no han bajado, pero sí el miedo ante ellos.

Miles de turistas abarrotaron las playas de México este fin de semana largo sin guardar la distancia física entre ellos y, para muestra, la carretera México-Toluca se convirtió en un pequeño estacionamiento ante la cantidad de visitantes del parque “La Marquesa”.

La crisis económica obliga a recuperar poco a poco las actividades pero con una prudencia que no parece estar en la mente de algunos.

El Capítulo III de la pandemia en México puede comenzar de nuevo ante las vacaciones de Semana Santa que se acercan; este fin de semana largo será pequeño a comparación de la interacción humana que habrá. Muchos mexicanos son irresponsables y pueden ser focos d contagio.

Existe una nueva variable que acercará a las personas: las campañas electorales. Estas siguen la tradición que la promoción del voto añejo manda: discursos vacíos en políticos sin credibilidad cuya mayor fuerza, fuera de las urnas, es mostrar cuántas personas pueden reunir en un solo punto, prometer, gritar, lanzar porras y abrazar al aspirante en turno. Ad infinitum como muestras de creatividades apagadas.

En la efervescencia del acto, los cubre bocas se bajan, se retiran y la distancia se rompe. México aún no logra la inmunización del 79 por ciento de sus habitantes para poder retirar la mascarilla de los rostros.

Hasta el momento el padecimiento más fuerte de México es la indisposición de algunos de sus habitantes a cuidarse.

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