See you on the Other Side: Conexión posterior
¿La reconexión? Sólo estoy seguro de que será a la 1:30. Uno de estos días, nos encontraremos en otro lado, lejos de las mil sombras. Voces, murmullos, “See you on the Other Side” de Ozzy Osbourne.
¿La reconexión? Sólo estoy seguro de que será a la 1:30. Uno de estos días, nos encontraremos en otro lado, lejos de las mil sombras. Voces, murmullos, “See you on the Other Side” de Ozzy Osbourne.
Como el mar, la muerte es ineludible, pero en su abrazo, la vida, hay paz, y en cada ola, la promesa de un renacer. The Blue de David Gilmour.
Issei Sagawa fue un criminal japonés culpable de asesinato y canibalismo cometido contra Renée Hartevelt. El mundo funcionó al revés: vivió como una celebridad en completa libertad y lucrando son su acción. La Folie.
Francisco Beristain nos lleva, de manera no metafórica, a las entrañas de”The Voyeur of Utter Destruction (As Beauty)” narrada/cantada desde la perspectiva de uno de los personajes más misteriosos del repertorio de Outside: El Minotauro.
Sería imposible elegir una canción que nos representara a mi amigo Víctor y a mí en esas épocas, hay muchas. El reciente presente me permitió elegirla “Ride the Wind” de Poison. El heroísmo se define por el tiempo.
La primera canción “nueva” para mí fue “I Should Have Known Better” de The Beatles. Estaba feliz por lo que la canción me provocó en ese momento. Había ahorrado para comprar un álbum propio en un lugar que el 12 de agosto cerró sus puertas: Discolandia.
En 1974, David Bowie se encontraba ávido por explorar la siguiente parada en su carrera: la música americana ,él quería una canción que les permitiera a sus músicos brillar y eligió “Footstompin” original de The Flares. Lo irónico de este sería el nacimiento de una de las canciones más famosas del artista.
Una canción que mi padre me mostró fue “Sleepwalk” de Santo y Johnny Farina. La obra estaba contenida en un casete que mi padre simplemente no encontraba y dedico varias tardes a ello. Esta historia culmina con una confesión.
“De vez en cuando aparece”. La frase es de Robert Plant cuando habló sobre la muerte de su hijo Karac Pendragon en 1977. “I Believe” es una de las canciones que nació de aquella pérdida, de esos fantasmas que son prueba de amor puro.
El rito era que debía abrir la cortina del autobús y, en la velocidad constante, buscar la luz más alejada en el paisaje. La idea era imaginar las historias detrás de esa luz y saber que jamás la conocería. En mis oídos “On the Turning Away” de Pink Floyd.